La Propiedad Intelectual y la Propiedad Industrial presentes en la economía.
Los derechos de Propiedad Intelectual, que corresponden al autor, nacen con la creación de la obra, y su registro sirve para constituir una prueba cualificada de dicha creación. Los derechos de Propiedad Industrial (PI) se adquieren únicamente con el registro, y sólo cuando se registra el titular adquiere los derechos sobre su creación; de ahí la importancia de su protección. Estos derechos introducen unos monopolios legales en la economía de mercado que son imprescindibles para su correcto desarrollo y que tienen una incidencia directa en su crecimiento.
La explotación de los derechos de Propiedad Industrial reporta ingresos tanto para sus titulares como para el Estado y son una gran fuente de generación de empleo que a su vez se traduce en bienestar para la sociedad.
Los derechos de PI sirven como factor de diferenciación, internacionalización y competitividad que permite a las empresas establecerse en mercados globales. Es más sencillo y más barato vender una misma marca todos los países donde se va a abrir mercado que utilizar marcas distintas en los mismos. Lo mismo sucede cuando se trata de rentabilizar al máximo una patente o un diseño industrial. De esta manera, se optimizará la inversión fundamental en I+D+I.