Un diseño industrial consiste en la protección de la apariencia estética de un producto, en la protección de su forma o presentación particular. Esta protección también es territorial, es decir, debe ser obtenida país por país a través de la Oficina Nacional de Propiedad Industrial.  El término de protección en la mayoría de legislaciones es de 10 años. Los requisitos y particularidades deben ser revisados en la legislación de cada país de interés.